¿Qué mejor manera de aprender las partes del cuerpo que jugando con ellas? ¡Nuestros muñecos articulados son la caña! Y nuestra seño Lau... UNA ARTISTA!
20 de octubre de 2016
13 de octubre de 2016
Los Autos Locos
La vida está llena de locuras, al menos la mia. Locuras maravillosas que te hacen saltar al vacío y no pensar en qué vendrá después. Soñamos despiertos, nos atrevemos a fantasear y así nos va.
Soy afortunada. Porque los sueños sólo se cumplen si alguien cree en ellos, en ti.
Cuando imaginamos una actividad de creación de coches, Lau (que es la parte cuerda de esta pareja de dos) se echaba las manos a la cabeza. Acto seguido (como siempre pasa dos segundos más tarde) me decía "¡Hagámoslo!" y en su cara podía ver que realmente creía en lo que imaginábamos.. Lau es así, la sensatez hecha seño, mi media mitad, con la que encajo a la perfección. Si ella cree en mi, en nosotras, entonces todo tiene sentido, todo se cumple.
Entonces decidimos lanzar al universo la maravillosa idea de hacer un taller de coches en plena clase e hicimos cómplices a nuestros increíbles papis. Lo que nunca jamás de los jamases hubiésemos imaginado era su reacción. Supongo que en eso consiste la vida, en trabajar todos juntos como equipo, contagiándonos esas ganas de "salirnos del tiesto" y volvernos locos de remate, en esta ocasión, para hacer que nuestros peques aprendan y sean la mar de felices....y lo hemos conseguido.
Qué caras. Qué expresión. Qué carcajadas, de esas que salen del alma. ¿Los habéis visto? Eran mecánicos, pilotos, conductores de coches fantásticos con ruedas gigantes y leones brillantes. Hablo de los peques, claro...pero también de los papis. Qué caras, qué sonrisas, qué disposición. ¿Que necesitas un volante? ¿Unos faros? ¡Yo te los pongo! Y cinta de doble cara por aquí, por allí, ¡por todos lados! Que esto quede precioso.
Hoy me voy con la sensación de que hemos hecho del mundo el lugar más bonito que existe. Hemos llenado de ilusión 27 pequeñas almas que hoy se acostarán pensando que son capaces de hacer cualquier cosa. Y lo son, yo no tengo la menor duda.
Sigamos soñando, emocionándonos, cumpliendo todas esas cosas que se nos pasan por la cabeza, locuras maravillosas. Yo, si vosotros me acompañáis... también puedo ser cualquier cosa.
Gracias de corazón, pequeños gigantes.
Y gracias de corazón, señores bichillos.
Yo quiero un mundo con vosotros.
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