Las mañanas se esfuman mirando cada gesto, cada reacción, el modo tan particular de ver la vida de cada uno. Ya hemos empezado a anotar anécdotas, palabros estupendos como "yo no he llorío" y cosas simples pero emocionantes que no quiero olvidar nunca. Así me dejaba Daniela, boquiabierta, tras agarrar las llaves del pollo "bombón" y cerrar la puerta del patio con toda la seguridad del mundo.
- Daniela, pero cómo sabes qué llave es!!!??
- Seño, es esta llave, es esta.
Así son, así los quiero yo, cada día un poquito más. Y así hemos empezado a caminar juntos. Por mil aventuras más, preparados, listos...YA!